Color y comunicación (IV): caracterización de escenas cinematográficas

por MaríaVázquez

En el lenguaje fílmico el uso del color puede servir a otros fines además de la adición de significados simbólicos. Puede ayudar visualmente a establecer un ritmo narrativo o puede ayudar a destacar determinados elementos para que la atención del espectador se centre en ellos.

En «Salvar al soldado Ryan» (Steven Spielberg, 1998), la larga escena del desembarco en Playa Omaha está rodada intentando evocar el cine documental: abundan los puntos de vista subjetivos, la desaturación del color casi se iguala al blanco y negro, se combinan planos con cámara fija, travelling y steady cam… pero en determinados momentos el color rojo adquiere protagonismo y siempre con la misma finalidad: destacar el horror que produce la guerra. Y así, sobre imágenes en las que predominan los grises, verde y azules desaturados de repente destacan golpes de rojo muy brillante, siempre en heridas, fuego o en la sangre que aparece en el agua. De este modo, la atención del espectador se dirige, a través del impacto cromático, a las consecuencias mortales de la guerra:

En el año 2002 Steven Spielberg rodó «Minority Report», una adaptación de un relato corto del escritor de ciencia ficción Philip K. Dick (responsable tambien de la novela que inspiró «Blade Runner»). Para reflejar la frialdad de un mundo futuro en el que los crímenes se castigan antes de cometerlos, pero también la del propio protagonista, Spielberg decidió utilizar un proceso de blanqueado de la imagen llamado «bleach bypass», que dio como resultado un conjunto visual basado en blancos muy brillantes, grises y azules que describen cromáticamente el aislamiento y la deshumanizacion de esa sociedad futura:

Para contrastar con ese mundo deshumanizado que ha privado a su protagonista del calor humano (hablando de Spielberg, eso suele reducirse a la ausencia de una estructura familiar) sus recuerdos están, por el contrario, rodados en colores cálidos y brillantes:

Otro director que siempre supo explotar las posibilidades del color fue Vincente Minelli. Su penúltima película fue la adaptación de un musical de Broadway titulada «On a clear day you can see forever» (1970) y protagoizada por Barbra Streisand e Yves Montand. Ambos interpretan a dos personajes completamente opuestos: ella a una joven alegre, un tanto alocada y llena de vitalidad; él, a un sesudo y aburrido profesor universitario de psiquiatría que intenta ayudarla con sesiones de hipnosis a dejar de fumar. En esta escena, además del lenguaje gestual de los actores, estas dos personalidades están reflejadas en los colores de su vestimenta.

Del mismo modo, en «Easter Parade» (1955) de Charles Walters, un musical con canciones de Irving Berlin, el número de la juguetería es un despliegue de colores propios del mundo infantil que ayuda a situar las escena dentro de un establecimiento de ese tipo pero que también contribuye a describir la personalidad despreocupada del protagonista, que no duda en engatusar a un niño para poder hacerse con un juguete para su novia:

Todos estos ejemplos son muy diferentes entre sí pero que ayudan a ilustrar cómo el color puede reforzar el mensaje del lenguaje cinematográfico.